Antes de narrar lo sucedido en Mendoza esa
tarde en la Posada Las Tablas ubicada en Carpinteria San Luis, llega mi gran
amigo Ricardo con su tdm 900 y después de una breve charla, me dice cuando
salís para San Luis, mañana a la mañana le conteste. El me dice quedate un rato
más y nos vamos a comer chivo al bajo de Véliz. Ni un drama dije yo, mañana a
las diez horas te espero y salimos.
Así que me levante temprano, con el propósito
de alistar mi moto por que ya no volvería a la posada.
Ricardo llego tipo 10:30 y tras un breve
desayuno nos pusimos a recorrer los 40 kms que separan Bajo de Véliz de
Carpintería.
El Parque provincial Bajo de Véliz es
un área protegida ubicada en cercanías de la localidad de Santa
Rosa de Conlara,
en el departamento Junín, al noreste de la provincia de San
Luis, en la región central de
la Argentina. El parque protege un importante yacimiento
paleontológico del período carbónico superior y se trata de una
estructura paleozoica.
Como era temprano y el restaurante aún no había abierto, decidimos dar un paseo por la
zona y registre estas imágenes.
Volvimos a las 13:00 hs
aproximadamente y el mismo ya estaba abierto y con algunos comensales, nos
dirigimos hacia las mesas y ordenamos lo ya establecido anteriormente, chivo al
asador o a la llama como lo llaman allá.
Luego de una extensa charla
y haber calmado ambos estómagos decidimos partir, él para Carpintería donde
tiene su cabaña y yo para San Luis Capital.
El lunes luego de la
auditoría, dispongo la rueda hacia el oeste y me dirijo hacia Mendoza a las
13:00hs aproximadamente, el con un calor insoportable. Llego al hotel que había
reservado en Mendoza y me mando a la habitación de una en busca de ese fresco
artificial que provoca el aire acondicionado, que en ese momento era un páramo
para mí.
La semana pasa sin
sobresalto realizando las auditorías programadas y cumpliendo con el objetivo
El viernes 24 mucho calor
durante todo el día, lluvia torrencial en la noche mendocina, ahoga la elección
de la reina de capital para la vendimia, volándole el techo al escenario. Yo
sin luz toda la noche en el hotel, por ende sin aire acondicionado muerto de
calor, implicando un poco descanso.
Por la mañana, un desayuno,
el armado de mis enceres y la partida hacia Uspallata rumbo al encuentro. En el
camino me encuentro con toda la tropa que estaba yendo para ese sitio, con el
duende a la cabeza. Ellos salieron desde Las Heras a las 7 de la mañana, en
realidad no sé bien a qué hora salieron. Lo que si se es que se juntaban a esa
hora.
Como yo conozco la
mentalidad mendocina, que ninguno llega en horario y mucho menos salir a esa
hora, es por ello que me los encontré a las 10:00hs en la YPF que esta antes de
la ruta N° 7.
Cuando llegamos a
Potrerillos la Gendarmería que nos escoltaría hasta Uspallata, nos dio una
charla técnica de cómo iba a ser el recorrido.
Ya en Uspallata nos reunimos
en la YPF y allí mismo se produjo la desconcentración y cada uno tenía tiempo
libre para hacer lo que quisiera.
Yo por mi parte, me detuve
un rato a recordar nostálgicamente mi paso por esa recorriendo la zona de
ranchillos en un tampu inca y la bajada de los 365 caracoles que posee la ruta
N° 52 camino a Villavicencio. Un gran recuerdo, pero como todo pasa y solo
quedan las historias. Después de ese momento de boludez, me dirigí hacia lo
importante que era comerme un chivo en el “El Rancho”, una buena siesta, la
cena del encuentro en el mismo restaurante que había almorzado.
A las 9 de la mañana del día
domingo todas las motos se encontraban lista y en formación para salir hacia el
Cristo Redentor. Cuando llegamos a Las cuevas el paso hacia el menhir se
encontraba cerrado, por lo tanto, en ese momento se terminó el programa del
encuentro.
Días atrás me había puesto
en contacto con mi amigo motoviajero Diego, al cual conocí en Ushuaia y le
comente de este encuentro. La respuesta se no se hizo esperar y dispuso su
Falcon 400 en fila hacia el oeste con rumbo a Mendoza.
Como ya habíamos arreglado
lugo de sacarnos unas fotos de rigor en el final de la juntada, en el Puente
del Inca y en la entrada del Parque Nacional Aconcagua. Nos dirigimos hacia
Barreal (Sur de San Juan). Pasando por un ripio de 36 km medio suelto y por
Pampa del Leoncito, lugar maravilloso si los hay.
En Barreal hicimos una
parada técnica, como así también nos hidratamos, un breve descanso para
continuar camino hacia la ciudad de san Juan entre montañas y un paisaje
maravilloso.
Ya en la ciudad alojados nos
fuimos a cenar y al otro día a la mañana emprendimos la segunda etapa del regreso.
El, llego a su pueblo en
la provincia de Santa Fé y yo hice noche en Venado Tuerto para luego continuar camino a casa, luego de estar 15 días
motoviajando.











































