Hoy voy a abrir
mi corazón y narrar lo vivido este fin de semana.
El viernes por la mañana, me llama un amigo. El cual
me dice, Loco vamos a pescar a la isla mañana? Avísale a tu pibe si quiere
venir.
La repuesta no se hizo esperar y al terminar la
pregunta fue, Vamos Pá sin siquiera preguntar adónde. Ese es mi Hijo!!!
Tengo tres hijos de los cuales poseen distintos gustos
o preferencias a la hora de compartir conmigo cosas que a mí me dan placer y si
lo camparto con ellos, doble satisfacción.
Lautaro, mi hijo mayor es un apasionado de las motos
pero de pista. Así que hablamos mucho de eso de andar en dos ruedas.
Lisandro (El Polako), es un apasionado por la pesca
Lara, hacedora de una puntería impresionante, haciendo
tiro practico.
En definitiva, todos comparten algo de mis gustos y
pasiones.
En este caso, salimos muy temprano con el polako,
pasamos a buscar a mi amigo y de ahí nos fuimos a la zona de Villa la Ñata a
buscar la lancha para ir a la isla, dejar los enceres y dar comienzo a la
jornada de pesca.
La ida y el descanso de un Grande, Ahhh trasnocha, si te justa el durazno, bancate la pelusa, jajajajaj.
Hermosos momentos acompañaron el día entre risas y conversaciones
amenas, viendo a mi hijo a pleno
pescando y sentir en mi interior que no vino para acompañarme solamente, que
realmente estaba disfrutando y yo feliz de poder compartir con él esta pasión
por la pesca.
Momentos
Bien temprano nos levantamos y a las 7:30 hs ya estábamos
prontos y listos para dar comienzo a la
nueva jornada.
Él. Nunca había pescado este tipo de especie, entonces
me dedique a explicarle como era el pique del bagre y cuando debía encañar para
producir la clavada.
Encarnamos los equipos realizamos los lanzamiento y
nos quedamos esperando a ver que pasaba, cada uno en su caña abstraídos del
mundo como si nada importara.
De pronto se escucha un Uyyyyyyyyyy, levanto la cabeza
como asustado por lo que hubiese pasado y lo veo al Polakito con una sonrisa de
oreja a oreja diciéndome. Creo que lo clavé pá, efectivamente lo había clavado
como para que no se le vaya y después de 15 minutos de lucha un soberbio bagre
da mar de más de cuatro kilos asomaba la cabeza al lado del bote. Felices, nos
fundimos en un abrazo por la captura que había realizado.
Quiero contar que mi amigo y yo hicimos sapo ni
siquiera un pique tuvimos, siendo Lisandro el gran triunfador de la media
jornada.
Si, nos pinto la cara el Polakito
El regreso
Ya con la noche cerrada y en la cama como para
entrarle de lleno al sueño, descubrí a que le tengo miedo. “que pasara cuando
mi cuerpo después de tantas batallas, quede sin vida”.
Tengo millones de errores y cuando me equivoco me
equivoco fiero porque voy hasta el cuajo.
Soy un hombre que va para adelante y no freno, si me
tengo que llevar el mundo puesto me lo llevo y que otro junte los restos.
Ahora bien y acá esta mi miedo!!!
¿Habré sido un buen padre?
¿Habré cumplido con ese rol?
¿Habré sido justo con ellos?, no lo se
¿Seré digno de una lágrima de ellos?
Aprendí o no, a ser padre con ellos, sobre todo con
Lautaro, el mayor. No encontré manuales de cómo hacerlo, pensando si les di lo
que necesitaban y no estoy hablando de plata, por que la plata es plata y lo
que se compra con plata es barato.
¿Les habré dado el cariño y la comprensión que ellos
necesitaban?
¿Como me recordarán mis hijos?
Si alguna vez entre ellos me recuerden y exclamen, te
acordás cuando íbamos con papá a tal lado. Que grande el viejo. Ahí seguiré
vivo en sus corazones aunque ya no esté.
Besoss.
De Papá.
Los quiero y los amo, como jamás amé a nadie.





















