Luego de mi retorno a Baires, una cadena de sucesos fueron sucediendo, lo bueno que a esta altura estoy enterrado pero con la nariz fuera del agua. Puedo respirar.
Hago memoria y me dirijo mentalmente a ese lugar que a mi me trae mucha paz, el mar. Sentado frente a el descubro que si lo peleas, no hay como ganarle simplemente hay que dejarlo ser y no luchar, tarde o temprano te saca a la orilla solo es una cuestión de olas y mareas. Vivo o muerto depende de uno. Lo importante es saber leerlo, dejarlo que se enoje y tener constancia o perseverancia para poder llegar vivo a la orilla.
Es así, como estoy resolviendo mis problemas, escucho descifro razono y resuelvo con la cabeza fría, poniendo el pecho, aguantado los tiros con paciencia, leyendo con el que me toca lidiar y anticipando en cada jugada. Igual que con el mar, buscando la ola que me saque a la orilla. Por que bailo con lo que quiero y no con la que me toca.
Eso si, no he modificado mucho mi vida, sigo haciendo en menor medida cosas que me gustan, que me hacen bien, mi moto que ya la tengo conmigo, la caza y la pesca son pasatiempos que me desconectan de la realidad.
Días atrás, voy a mi pueblo natal para visitar mis sobrinos, mi hermano y a mi Madre. A la noche llevo a guardar a un garaje el vehículo con el que fui, el dueño es una persona conocida por mi, conversando me dice que su hijo es guía de caza mayor al sur de la Provincia de Buenos Aires.
Mira!!!!! exclame yo. Pasame su número de teléfono, que si arreglamos un precio me voy a cazar con el.
El llamado no se hizo esperar, el Papá le dijo que yo lo iba a llamar, ahí nomas nos pusimos de acuerdo y un jueves por la mañana mi vehículo para el oeste de la provincia y para las 20:00 hs llegamos a destino después de 900 km de andar por rutas argentinas.
El camino
Mientras viajamos pasando por un pueblo donde se filtro una fm local, raúl atina a cambiar y un poco mas le grite, no deja esa canción, sonaba en el dial Facundo Cabral entonando No soy de aquí, ni soy de allá.
Me gusta andar, pero no sigo el camino
Porque lo seguro ya no tiene misterio
Me gusta ir con el verano, muy lejos
Pero volver donde mi madre en invierno
Y ver los perros que jamás me olvidaron
Y los caballos y los abrazos que me dan mis hermanos
Me gusta el sol, alicia y las palomas
El buen cigarro y la guitarra española
Saltar paredes y abrir las ventanas
Y cuando llora una mujer
Me gusta el vino tanto como las flores
Y los amantes, pero no los señores
El pan casero y la voz de dolores
Y el mar mojándome los pies
No soy de aquí, ni soy de allá
No tengo edad, ni porvenir
Y ser feliz es mi color
De identidad
Me gusta estar tirado siempre en la arena
O en bicicleta perseguir a manuela
Con todo el tiempo para ver las estrellas
Con la maría en el trigal
No soy de aquí, ni soy de allá
No tengo edad, ni porvenir
Y ser feliz es mi color
De identidad
Y yo le agrego.
Me gusta el amanecer naranja y el atardecer soleado, tanto como la ruta solitaria,
Me gusta el amanecer con lluvia y el atardecer tormentoso, tanto como una mujer guerrera,
Me gusta apasionarme tanto como una mujer hermosa y la guitarra criolla,
Me gusta la buena melodía, tanto como un buen puro luego de sábanas blancas,
Me gusta mirarte y contemplarte, tanto como verte dormida,
Me gusta verte venir tanto verte ir,
Me gusta verte caminar, tanto como tus curvas,
Me gusta soñar tanto como concluirlos,
Me gusta llorar tanto como ser macho.
Ni bien llegamos al campo, bajamos todo y sin decir palabra cargue mi fusil 30-06 y enfilamos para el campo.
A medianoche conseguí mi primera presa, dada por concluida la cacería de esa noche y un descanso reparador fue buscando mi cuerpo.
Con las primeras luces del día ya arranque la mañana con unos buenos amargos y me dispuse a depostar el animal cazado.
Luego del almuerzo, recorrer el campo con la escopeta para buscar algunas perdices que serían el almuerzo.
Dentellada de Padrillos
Al otro día el regreso, con la satisfacción de haber pasado dos jornadas inolvidables.





