sábado, 30 de mayo de 2020

LOS SONIDOS DEL SILENCIO

En ese rincón del garaje como una estatua yace inmóvil mi pasión por las dos ruedas.

Te miro y alucino los tiempos que vendrán haciéndome sentir la caricia del viento en la cara o los rayos de luz del astro rey indicando que el día esta llegando, yo montado en vos con el acelerador a tres cuartos en algún camino, disfrutando de eso que es tan maravilloso, la Vida..

Sueño despierto, te limpio una y otra vez y te hablo y te digo cuanto quiero tocar el encendido para partir a esos lugares que me devuelven el alma y me hacen sentir que estoy vivo.

Llegar a la costa acariciando el mar, ese mar majestuoso, irrespetuoso y atrevido que me indica que pequeño soy y cuanta paz me das. A veces como un amor clandestino me subo a la otra moto (125) y me voy a la costanera norte y espero ese amanecer que me llena de pasión y nostalgia.

Mi trabajo es esencial por que me desempeño en la seguridad contra incendios, por lo tanto tengo los permisos pertinentes y estoy maravillado de ese río hasta que llega la gorra diciéndome que no puedo estar ahí aunque tenga permiso y me pierdo en la costanera descubriendo un aeroparque en silencio, los tubos o los pájaros de hierro en silencio o como quieras llamarlos o simplemente aviones como mi moto de ruta inmóviles como una estatua y me entristece y me siento que estoy viviendo sin aire.

NO me gusta tener encierro, no nací para estar quieto, soy un aventurero, un atrevido de la vida que vivo a fondo en el cambio que este buscando nuevos desafíos, nuevas aventuras, damas gentiles con sábanas calientes y esta prohibición me esta carcomiendo de a poco.

Llego a casa, soy un moto-viajero solitario cuando me toca rutear te miro dormida invadiéndome esa nostalgia que viví en el río y espero como ese chico la noche de los reyes magos sus regalos, que me digan pueden salir.



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario