Habiendo
arribado a Villa la Angostura tipo 18:00 hs. Me dispongo a buscar un hospedaje
en el sitio. Los costos por una noche eran relocos encima lo que podía
encontrar mas barato desbordaban de gente, es mas toda la villa era un caos de
personas. Y ya me veía haciendo la carpa al lado de una estación de servicio.
Para
hacerla corta saliendo sobre el río correntoso (río más corto del mundo) encuentro
un camping de nombre homónimo. Me dicen que tienen dormis a $100 por
persona y como la diferencia de armar la carpa con este no era mucha opte sin
mirar la opción del dormi. Ja, cuando me llevo la encargada, el sitio donde pasaría la noche era una casilla la cual bauticé “la no te dejo Dormir”. He
dormido en este tipo de viviendas móviles cuando trabajaba en el campo y nunca
pase, lo que pase esa noche.
Lo
primero que dice esta buena señora fue, “no subas, no subas, que esta toda sucia,
te la barro y te llamo. Así que como la moto iba a estar lejos de donde yo
estaba alojado me puse a bajar todos los accesorios que traía e ir
depositándolo afuera de la casilla hasta que me diera la orden de subir.
Un sector del camping
Donde pasaría la noche
Mi Cama
La vista, jajajaja
Sale
la señora le pido que me prepare una suprema mientras yo acomodaba no se en
donde todas mis cosas.
Ya totalmente cruzado por que la moto no iba a estar a mi lado y eso me preocupaba, así que la asegure por todos lados. De todas maneras intranquilo por mas que me aseguraban que no pasaba nada.
Después
de cenar, me voy a dormir fusilado, como no sufro el frío, me quedo en ropa
interior y me meto en la bolsa de dormir térmica que compre en Bolivia. A la
media hora me había puesto dos remera manga largas, la calza de viajes un par
de medias hasta las rodillas, por supuesto que todo térmico. Lo cual no basto
por que la ventilación de la parte superior de la casilla estaba abierta y no
había forma de cerrarla y ni prendiendo mi cocina portátil la podía calentar.
Por lo tanto y en conclusión me cagué de frío toda la noche.
El
día amaneció increíble ni una nube, un regalo del cielo en verdad, así que
desayune unos mates con galletitas, arme todos mis enceres y sin haber dormido
un carajo me propuse cumplir con un nuevo tramo.
Este
sería, Villa La Angostura – Zapala
La
primera parte fue la zona de los 7 lagos, que lugar!!! El Creador ese día
estaba inspirado y puso su dedo mágico en ese sitio. Que artista por favor. Y
yo surcándolo y volcando la moto en cada curva, me sentía en el aire
disfrutando de tanta belleza junta.
Después
de esto apuré la marcha y no paré hasta Zapala
Cuando paso Junín de los Andes me encuentro con esta foto.
Imponente el volcán Lanín
Faltando 100 km para llegar a Zapala, otra vez la cadena empieza a sonar y el fantasma del desprendimiento estaba latente. Así que, trate de mantener siempre el motor en tracción para mantener la cadena tensa y pude llegar a un nuevo objetivo.
Ya instalado en el hotel y con pocas ganas de ponerme a laburar en la moto después de haber conducido por 9 horas y media decidí llevarla a un mecánico, pero mi duda era si este seria bueno o confiable ya que no quería que me pase lo de gallegos que supuestamente eran los mejores y quedé tirado en medio de la nada.
Consulte en el hotel y tras lograr el dato de un mecánico de motos partí para allá. Empezamos a charlar sobre la máquina y decidimos que lo mas conveniente era sacarle un eslabón a la cadena por que se había estirado demasiado y ahí nomas se comenzó la labor.
Ya reparada la moto, la dejo lista para partir al día siguiente, como algo, me duche y me acosté. Atrás había dejado la casilla y el frío inmenso de esas cuatro chapas. Disfrutando ahora la cama de 2 1/2 plazas. Con el fin de recuperar fuerzas para el día siguiente.



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